Hace tanto tiempo que no sentía la lluvia como la sentí hoy,
con el corazón abierto
y el instante eterno de pensar en tí.
Las gotas caían cantando silencios
y notas de amor.
Notas que inician lo nuevo y dejan, a su paso, rastros de ilusión.
Me tomo un poco el nombre la maravillosa obra de Rosa Montero. Altero el orden del título porque sé que eso es de ella, de Rosa. Mis letras son la mayoría del tiempo un yo que adquiere distintas caras y distintos cuerpos; otras veces no soy yo sino alguien más, escribo para curarme y también para curar, para contar y para SER.
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