Luego de todo tienes derecho a sentirte maltratado,
a verte pisoteado por el eco de un silencio
que logra perpetuar su presencia atravesando tu vida, matando todo.
Antes de que la mente te gane el juego
deja resbalar todo el resentimiento.
Hacia la deriva vas en un barco abandonado
en el mar de tus lágrimas con tu esperanza como faro.
Aunque se apaguen tus sueños y te abandonen tus pasos
golpea con fuerza al miedo;
avanza aunque a veces te haga daño.
Porque no existe temor más grande
que aquel que jamás conociste.
Ni hay vida más llevadera que la que pasa contigo
en vez de pasar por tu lado.
Me tomo un poco el nombre la maravillosa obra de Rosa Montero. Altero el orden del título porque sé que eso es de ella, de Rosa. Mis letras son la mayoría del tiempo un yo que adquiere distintas caras y distintos cuerpos; otras veces no soy yo sino alguien más, escribo para curarme y también para curar, para contar y para SER.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
¿Roles?
Hoy tuve que asistir a una reunión con mi hijo porque, a veces, el plan no sucede como estaba pensado. Estuve casi 30 minutos en una sala ...
-
Las redes sociales son un monstruo que crece a pasos desmesurados cada día. A ese ser, a veces tan bueno y a veces tan horripilante, le gust...
-
Durante un reconocido espacio televisivo de entrevistas, sosteniendo con efusividad una diminuta silla de madera rodeada por una bandita tri...