Curando ausencias

No tengo memoria. Borré mis ideas.
No creo que deba quererte, no siento que llegas.
No tengo tus pasos marcando el camino
se fueron tus huellas, siguieron tu ritmo.

Ya ha borrado el tiempo tus marcas sobre mi vestido.
Ya durmió la luna.
Ya vino el olvido.

Hoy no tengo tiempo de inventarte
no imagino encuentros
no pienso buscarte.

Solo déjame contarte lo que, a veces, recuerdo:

Algún beso fugitivo que se escapó en silencio
besos que se quedan cuando todo ha muerto
besos que no llegan a nadie y, por cierto,
besos que se enredan con gritos de algún recuerdo.

No siento que llegas
no coincido con tu tiempo.
Ya no eres mi aire
pero hay días en que siento la fuerza de tu presencia en el viento.











Encuentro

Los labios se quedaron callados y quietos.
No existió nada más, solo nuestro espacio,
nuestro tiempo.

Extraña fue la sensación de atravesar tu sonrisa
van arrastrándose las palabras,
susurrando que no hay prisa.

Si el tiempo había intentado borrar esta ilusión
no existirían momentos para que hable el corazón.

Se multiplican las horas con todo lo sentido;
el tiempo no es suficiente para recordar lo vivido.

Se fue desencadenando, poco a poco, la sombra de aquel silencio
que opacó durante tanto tiempo, los gritos de un "te quiero".

¿Dicen por ahí?

Si hay algo que no queremos ver, la solución es fácil. Nos tapamos los ojos y ya está. Pero, ¿qué pasa cuando no queremos escuchar? La solución no es tan simple como la primera. Hay algunos sordos voluntarios (y ciegos también) que no quieren escuchar ni ver lo que pasa más allá de sus narices, fuera de aquel territorio del que se han auto proclamado amos y señores.

En los últimos días, tres eventos han quedado rondando mi cabeza. A raíz del caso de Diario el Universo, el Ecuador estuvo en la mira de medios internacionales. El poder que la prensa tiene en las naciones es impresionante.

Me parecía, hasta cierto punto, cómico encontrar publicaciones como: “¿Se atreverá el presidente a enjuiciar también al Nuevo Herald?” a raíz de una columna publicada por Gina Montaner (periodista y escritora cubana) en dicho medio. Entre las últimas líneas del artículo de Montaner se lee: “Por si les sirve de lección: hace más de medio siglo, en Cuba un grupo de aventureros que bajó triunfante de la Sierra Maestra tardó sólo 18 meses en tragarse un país completo hasta convertirlo en un cementerio de silencio y terror. En aquel entonces, me cuentan quienes lo vivieron, los jóvenes universitarios desfilaban jubilosos con ataúdes que representaban el cierre de los periódicos desafectos a los revolucionarios castristas. Lo demás ya es triste historia. […] “

Por otro lado, el diario peruano “Correo” embanderó su página principal con la palabra Repudio , y declaró al Presidente Rafael Correa como persona no grata para la prensa peruana. (Todo esto enmarcado en la posesión de Ollanta Humala como primer mandatario de Perú, ceremonia a la que el Presidente del Ecuador asistió).

El diario estadounidense “The Washington Post” también publicó un artículo de opinión en el que se critica fuertemente al actual gobierno ecuatoriano, al caso de Diario El Universo , y a los repetidos ataques realizados hacia la prensa por parte del Primer Mandatario.

El atropello a la libertad de expresión es claro. Vivimos en un país en el que el régimen ataca y todos se callan. Nos quedamos, como bien dice Montaner, en "tuiteos indignados en las redes sociales y la concentración de cientos de simpatizantes frente a la sede del periódico en Guayaquil"

No hago un llamado a la rebelión y a la lucha descabezada por los ideales. Hago un llamado a la reflexión, al entendimiento. ¿No dice el mismo régimen que los ecuatorianos somos sus mandantes ? De ser así, estamos en todo el derecho de cuestionar, de no callar. De no tragar verdades. De exigir explicaciones si hay algo que no nos cuadra.

Lo que nos pasa: vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga que cubre nuestros propios ojos. Aquí se insulta, se irrespeta, se encarcela, y se ahoga el grito de quién se oponga. Demagogia de guaguas. Juegos faltos de sentido y lógica que pretenden demostrar quién supuestamente ostenta el poder, amenazas que siembran odio y dividen al país.

Ya no somos ecuatorianos. Somos compañeros (en diminutivo) somos pelucones y pobres, somos gorditas horrorosas y bestias salvajes, somos etiquetas y adjetivos hirientes, somos lo que no somos.

Lo que necesitamos: una oposición fuerte, madura, sensata. Que no se preste a jueguitos ridículos, que argumente, que no sea la personificación de la bajeza humana y moral. (Es que si no es por puñetes y cenicerazos no se sabe quién es más bestia que quién)

¿Cuánto “quemimportismo”, no?

No hay diálogo, solo acciones precipitadas. Pienso que lo que ahora necesitamos es apertura, más que nunca. Escuchar, entender, analizar y actuar.

Es cierto que es complicado acertar sin haber errado antes ;pero todo el mundo se equivoca cuando la mente se cierra a su propia percepción de las cosas, cuando no es capaz de ver lo que hay más allá. Es que ahora no hay realidades, hay solo percepciones. Hay ideas vagas que se pierden en versos políticos románticos, que se disfrazan de sueños e ideales falsos. Estamos amortiguados. Mijito, ¿se le comió la lengua el ratón acaso? ¿Hasta cuándo?

¿Roles?

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