¿Estamos listos para un nuevo “domingo de elecciones”?
Hoy es viernes 15 de febrero, muchos estarán sufriendo por
la ley seca y ya habrán comprado sus “provisiones” para no quedarse con sus
farras a medias. Otros, en cambio, estarán cruzando los dedos para que el
candidato de su preferencia ocupe la silla de mando de Carondelet, otros
estarán pensando seriamente en tomar alguna decisión que aunque dependa de una “rayita”
pone en juego el futuro de un país, de Nuestro País. Otros estarán renegando
porque deben madrugar para formar parte de las Juntas Receptoras del Voto, y
otros estarán tranquilos y este domingo pasará como cualquier otro, solo que
con el país algo revuelto y llevando a cuestas la expectativa de tener o no un
nuevo gobernante y nuevos legisladores, claro.
Es así que hasta el
domingo por la tarde, por lo menos, escucharemos un resumen de lo que venimos
escuchando desde el inicio de la campaña. Claro que ahora todo esto viene en
cápsulas, porque ya nos libramos de esa pantomima insoportable llamada “Periodo
de campaña política”. Lo que nos quedará después de que se cierren los comicios
el domingo 17 a las 17h00 , será solo el sonido de los afiches de propaganda
electoral arrastrados por el viento, y la sensación común de haber cumplido,
una vez más, con nuestro derecho de ir a las urnas, de hacer escuchar nuestra
voz.
Leí un artículo de Carlos Andrés Vera (que me ha incitado a
escribir este artículo y que aunque tal vez no sea tan bueno como el de él,
expresa mi punto de vista acerca del periodo electoral y lo que haremos el día
domingo) . Y digo haremos porque
entender la importancia del voto es trascendental, debemos reflexionar y
realizar un análisis racional y sensato acerca del personaje al que le vamos a
entregar nuestra confianza para llevar las riendas del País. Sin expresar mi
apoyo hacia algún partido o candidato, es fundamental que la ciudadanía
reflexione acerca de entregar o no su voto a tal o cual personaje.
Días atrás, en un concurrido punto de la ciudad, un grupo de
adeptos a X partido político entregaba hojas volantes
a los transeúntes. Los participantes llevaban máscaras gigantes de los
candidatos pertenecientes a X y en
cierto momento del interior salió una voz que decía “Viva Barcelona, carajo!”
no sabía si reír o llorar al ver dicha situación (más aun al estar casi 100%
segura de que el candidato cuyo rostro estaba en otra persona, a modo de
máscara, no debe haber estado enterado del grito que salía de “él”) , y es que,
por más jocosa y boba que parezca la situación, la metáfora fue interesante: la
voz de los pueblos está en los legisladores y gobernantes.
Entonces, si quiere usted que las leyes de su País estén en
manos de un cantante, una cara bonita (y un cerebro vacío), algún famoso o
algún payaso, sabrá perfectamente en dónde ubicar la rayita diagonal sobre
aquella horizontal. Si quiere votar sin conciencia y análisis previo, puede
bien jugar “de tín Marín…” mientras esté frente a las papeletas. Si quiere
hacer una elección racional, investigue, infórmese y realice una evaluación del
candidato que podría ser de su preferencia.
Después de eso, vaya tranquilo. Pase el resto del domingo
con su familia, amigos o con quién prefiera, y espere a que los resultados
salgan a la luz. Luego, alégrese, póngase triste o muera de la indignación (si
fuera necesario, si sus convicciones le llevaran a eso)…Pero antes de eso,
dejando de lado la posibilidad de fraude o cualquier “desilusión” que le cause
las elecciones, sepa que la elección que usted realiza es influyente, no calle,
haga escuchar su voz.
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