¿Por qué los 'mashis' citan al Papa?

Es evidente. En los últimos días, como nunca, algunos funcionarios verdes citan en sus cuentas de twitter al Sumo Pontífice. Lo hacen deliberadamente. Y claro, no está del todo mal cuando Twitter es (aún) una red social libre. Sin embargo, lo que sí encuentro negativo y absolutamente equivocado, es ese afán de mezclar la política con la religión, y de tomar a la visita del Papa como un gancho para vendernos las últimas “grandes ideas” de este Gobierno.

Como católica, y aún si no lo fuera, veo a Francisco como un ser humano fascinante. Es un verdadero líder, y ha logrado calar hondo en algunas esquinitas de la fe católica que tal vez necesitaban un poco de limpieza. Pero como este no es un análisis del tema religioso, entonces vamos al grano.

Tuit del Vicepresidente de la República, Jorge Glas
Resulta que Correa, Glas y el Ministro Serrano, en los últimos días han citado al Papa más que de costumbre. O quizás por primera vez. replican sus trinos, los retuitean…y, por si eso fuera poco, tienen la habilidad (por no decir descaro) de encontrarles alguna relación con lo que sucede en el país (ley de herencias, ley de plusvalía, ley de comunicación, ataques a medios de comunicación, bla bla…).

Parece que los verdes están entendiendo la visita del Papa como un acto meramente político, y se agarran de eso para justificar sus decisiones.


El Presidente Correa, que se dice muy católico, no desaprovecha ninguna oportunidad para dárselas de “entendido” de la Doctrina Social de la Iglesia, para hablar de la generosidad, de la importancia de la equidad, la bondad y la justicia (acto seguido, la burla y el insulto). Pero parece, Señor Presidente, que en sus tantas clases de Doctrina Social de la Iglesia y religión se saltó la lección acerca del respeto, la dignidad, el perdón y la humildad.

Retuits del Ministro del Interior José Serrano @ppesesa
Veo a las recurrentes citas de @Pontifex_es que usted hace, como un “escudo”. Porque usted, Señor Presidente, y sus funcionarios, están haciendo oídos sordos al clamor del pueblo. Entero, o una parte pero pueblo y clamor al fin y al cabo. Si me pregunta, soy su fiel opositora. No estoy de acuerdo con muchas de sus medidas, no he salido a ninguna marcha y no pienso hacerlo. Pese a ser su fiel opositora espero, de todo corazón, que usted acabe su periodo de mandato, porque si se va antes de eso el país puede quedar más desbaratado.

Cito entonces uno de sus trinos del lunes 22 de junio:


“Todos listos a defender la Revolución. Justo el Evangelio de ayer hablaba de no tener miedo…” 


¿Está confundiendo las cosas? ¿De no tener qué miedo habla? Espero que no sea el miedo a enfrentar, a luchar. Y no con palabras, si no con puños. Porque el inmenso problema de fondo en toda esta conmoción nacional es que hermanos de un mismo pueblo están enfrentados. Y están odiándose por ser de dos bandos “distintos”.

Si mi análisis es equivocado, ojalá alguien pudiera aclararme las intenciones de su trino, que bien o mal llega a a sus 2,24M de seguidores. Y creo que usted, mejor que nadie, entiende el gran alcance de las redes sociales.

Lo que sí le pido, Señor Presidente, es que deje de politizar la visita del Sumo Pontífice. Que deje de escudarse en las frases sabias que él emite, y que no se aproveche de la visita (para la que por cierto falta muy poco) para poner una cortina de humo ante los ojos de un pueblo del que, opositor o no, es usted la cabeza.

Usted se dice católico, se dice creyente…pero estas últimas acciones me suenan a patadas de ahogado, a la reacción de un ateo que, en el momento de su muerte, en la agonía y el dolor, no encuentra otra cosa para decir que “Dios mío”.


Aprender a votar, no a botar

Seguimos caotizados, es un hecho. Mi teléfono y redes sociales están cargados de mensajes de rebelión, de “Fuera Correa Fuera”. De memes, de burlas, de mensajes de gente que dice estar “harta” de “este” país. Y lo dicen así, de un modo que encuentro enteramente despectivo.

Señores, no es “este” país. Es “su” país. No pretendo justificar las acciones del régimen (menos aún unas cuantas que se han llevado a cabo últimamente y que pueden ser un error tremendo). Sin embargo, pienso que esa indignación que nos caracteriza no es consecuencia de un análisis previo. A veces somos así, tan viscerales que podemos mandarnos un “hay que botar al presidente” así nomás, sin pensar en las consecuencias.

Quito bota presidentes. Y nos aferramos a ese hecho como si se tratara de un escudo para las debilidades de nuestra sociedad. Ya pasó con Lucio, le mandamos sacando porque el pueblo se indignó a causa de tanta estupidez. Salimos a las calles con olla en mano y logramos que Gutiérrez salga al fin de su trono en Carondelet.

Ahora, estamos en un momento diferente. No solamente pasa en Ecuador, la economía se volvió vulnerable en todo el mundo. El precio del petróleo sigue tambaleándose.

El estado sigue engordándose y rasgando nuestros bolsillos. Sin embargo, ¿están seguros de que botar al presidente sea la solución? Quién vendrá luego de Correa? Glas, la versión corregida y aumentada del mashi, o tal vez alguno de los revolucionarios verdes. Podemos ir de mal en peor.

Lastimosamente, no existe una oposición fuerte para el actual régimen. Y, señores, haciendo cadenas de mensajes de texto, o enviando videos burlones de todo lo que nos pasa, no ganamos otra cosa que alimentar esa idiosincrasia tan nuestra, tan ridícula a veces.

Reitero, como en los últimos comentarios que he emitido, que no soy partidaria del gobierno. Pero a pesar de todo, botar al Presidente nos va a hundir. Pero así somos, eufóricos, viscerales, emotivos.

Si debe haber un cambio en el país, empiece haciendo su parte. Haga bien su trabajo (agradezca porque tiene trabajo). Llegue puntual, cumpla sus metas, no vaya a sentarse en su puesto de trabajo solo para ver el calendario y esperar que llegue fecha de pago.

No bote basura en las calles, sea más amable, busque ser el mejor en lo que sea que haga. Ocúpese de usted, y de su “metro cuadrado”. Va a ver como ese cambio empieza a replicarse. Después, vaya a las urnas con cabeza fría, y haga sentir su voto. Y si quejarse es lo suyo, actúe después. Que la indignación no va a darle de comer, ni a usted ni a los suyos.

Pd. Desde hoy, hago caso omiso a los llamados a las marchas, a las quejas de la gente. Y no se me acerque para quejarse, acérquese si se siente indignado y quiere hacerme saber alguna idea brillante que se le ocurrió para quitarse esa indignación y hacer algo por “este” país que es tan suyo como mío, y que no merece ser rechazado por nadie, peor por personas que nacieron aquí.


Ah, y si le parece que otras sociedades están mejor, vaya y no pierda tiempo. Que ese inconformismo tan característico le va a llevar a quejarse en tarde o temprano.

Sobre el impuesto a la herencia y otros demonios

Es lindo el Ecuador, ¿no? Tenemos de todo, fauna y flora variada…y no solamente en la naturaleza. Resulta pues, que el sitio en el que se deciden las leyes del país, sitio en el que reposan esas mentes brillantes que se encargan de encaminar a la nación en un sendero u otro, también es diverso. De todo podemos ver. Pero eso sí, la mayoría de estos curiosos personajes tienen el “corazón” (si es que tienen) de un solo color. De un color que con el tiempo corre el riesgo de caer en la más mísera podredumbre.

En menos de dos meses, el país ha pasado por profundos cambios. No necesariamente buenos.

Y claro, como quejarnos de todo o casi todo es parte de la sangre que corre por nuestras venas, entonces no estamos de acuerdo. No estamos de acuerdo con los impuestos, no estamos de acuerdo con la mayoría oficialista en la asamblea, no estamos de acuerdo con las cadenas en medios de comunicación las 24 horas del día. A veces no sabemos por qué, pero NO estamos de acuerdo.

¿Mi posición? Tal vez no reciba una herencia millonaria, y los hijos que todavía no tengo tampoco lo harán. Tal vez tampoco llegue a comprar algún producto considerado “suntuario” por los revolucionarios verdes. Sin embargo, el poco o mucho dinero que reciba, es mío. Parte de él va al estado y no siento que haya sido invertido en otra cosa que sabatinas, propaganda y lujos para los mashis. Yo quiero pagar un impuesto que se vea reflejado en un turno inmediato en hospitales del IESS, quiero pagar impuestos que se vean reflejados en seguridad ciudadana (para que no me roben el dinero que sirve para pagar el mismo impuesto). Quiero pagar un impuesto que se “haga ver”.

Y otra cosa: ¿por qué estamos obligados a escuchar mil veces al día, a la niña con su pappo, al ecuador diverso, a las “buenas nuevas” de este país que se está convirtiendo en la antítesis del buen vivir que tanto nos promocionan?

Poder elegir también es libertad. Poder opinar también es libertad, poder decidir si quiero cocinar con leña, kerex, gas o lo que sea también es libertad.

Es posible que, por ahora, no veamos con claridad el final del camino. Pero si debe haber un cambio, hay que levantarse de la silla y determinar a qué dirección debemos ir, en conjunto.  



ero claro que la r. Claro estantes que se encargan de encaminar al pa leya
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