Luego de un análisis rápido, pude concluir que, tal vez, las premisas antes expuestas son las más lógicas o sencillas. Sin embargo, no deja de resultarme molesto ver que personas “sanas y buenas” utilicen espacios de estacionamiento que, no por nada, están situados más cerca de puertas de acceso, tienen mayor distancia entre ellos y, normalmente, tienen pintados unas rayitas azules que de decorativas no tienen nada.
Basta con dedicar un minuto del tiempo en el que visitamos lugares públicos, detenernos y observar.
En estos días, en un conocido centro comercial de la ciudad, estacioné mi vehículo y me senté un momento a observar los espacios de estacionamiento para personas con discapacidad.
Estuve sentada, observando durante 10 minutos. Habían 5 espacios de estacionamiento con líneas azules en el piso, tres vehículos se situaron allí. Dos de ellos, ocupando casi dos espacios. De una furgoneta blanca, tres hombres jóvenes bajaban cajas, luego se quedaron conversando arrimados al vehículo, riendo a carcajadas como adornando su acto de irrespeto e ironía. Del otro vehículo, bajó una señora. Parecía estar en apuros, corrió, y del mismo modo regresó con sus manos llenas de ropa recién retirada de la lavandería (no había nadie más en el vehículo). No me quedé a ver quién llegaba hasta el tercer vehículo, ya no me importó tampoco. Porque, a juzgar por los otros dos autos, podemos decir que “gana la mayoría”. Si el tercer vehículo ocupó el lugar por verdadera necesidad, entonces no hace una diferencia positiva que los otros dos autos no lo hayan hecho; porque los espacios estaban (en su mayoría) ocupados por autos que no debieron estar ahí.
Según registros del Consejo Nacional de Discapacidad (CONADIS), en Ecuador existen 415.500 personas con discapacidad. 196.076 personas tienen discapacidad física. Del total, 35.27 % tiene un grado de discapacidad grave y el 19.59 % muy grave.
En repetidas veces, hemos sido testigos de iniciativas (mayoritariamente en redes sociales) que buscan crear conciencia en las personas para que sepan que los lugares de estacionamiento para personas con discapacidad son justamente para eso: PERSONAS CON DISCAPACIDAD. Sin embargo, parece que ninguna ha logrado su objetivo por completo. Dejo, por ejemplo, una campaña realizada en Perú (cuyo video, en cierto momento, se volvió viral).
Me resulta inaudito pensar que una persona, por apuro o por simple comodidad, sea capaz de estacionar su auto en espacios reservados para otros fines, como si las líneas azules o los rótulos estuvieran allí por simple adorno.
Si somos capaces de pasear por varias horas en un centro comercial, o en cualquier otro lugar, ¿por qué somos incapaces de caminar 20 pasos más para llegar a una puerta?
No es justo que, las personas que realmente necesitan dejar sus vehículos más cerca de los accesos, tengan que conformarse con ver estos sitios ocupados (y de lejos) desde la ventana. No es justo que finjamos “ceguera voluntaria” o “demencia voluntaria”, no es justo que los sitios de parqueo para personas con discapacidad estén ocupados, la mayoría de veces, por personas que no lo necesitan. No es justo que, como sociedad, no aprendamos que el respeto y consideración son la base para una vida justa y digna. No es justo que no entendamos que, lo único que debemos hacer, es ocupar nuestro lugar. Al fin y al cabo, ¿qué tan difícil puede ser?
1 comentario:
Excelente reflexión mi Majito!! Realmente es deplorable y muy irresponsable la actitud de estas personas que no se detienen ni por un minuto a pensar en los demás, en las personas a las que todo les es mucho más difícil!! pasa lo mismo en el uso de ascensores, más de una vez me he visto obligada a tener presionado el botón de puertas abiertas para que salgan chicos jóvenes y dejen paso a personas en sillas de ruedas o de la tercera edad... En fin queda mucho por hacer y me da muchísima esperanza tu sensibilidad y valentía en la denuncia!
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