Quedó al rededor el aire,
el espacio que dejaste.
¡Que vacía está mi vida al saber que no puedo amarte!
Como dardos que apuntaban a ese centro de verdades, se clavaron tus palabras
y tus besos, hoy, me arden.
El vacío me golpea y deja todo al descubierto,
olvidé que no tenerte era el final de este cuento.
Dejas todo, me lastimas.
El dolor quema y no me miras.
Palpita en lo más hondo el cariño que tenía.
Y hoy, que terminó todo, el vacío de tu ausencia oprime, clava, asesina...
Me tomo un poco el nombre la maravillosa obra de Rosa Montero. Altero el orden del título porque sé que eso es de ella, de Rosa. Mis letras son la mayoría del tiempo un yo que adquiere distintas caras y distintos cuerpos; otras veces no soy yo sino alguien más, escribo para curarme y también para curar, para contar y para SER.
Con sabor a tiempo
Amanecieron sentimientos que se anclaron al pasado.
Que han cedido con el tiempo, que pausan lo que has dejado.
Poco a poco el dolor se apodera de mi tiempo,
me atormentan los segundos,
mi mente siente miedo.
Tuve tanto que decir y callé por tu mirada.
Y aunque sepa que te pierdo guardo tanto para tí...
No he dejado de sentirte,
te quedaste en mi alma.
Calaste tan hondo en mí y has dejado poco... solamente, lo que falta.
Que han cedido con el tiempo, que pausan lo que has dejado.
Poco a poco el dolor se apodera de mi tiempo,
me atormentan los segundos,
mi mente siente miedo.
Tuve tanto que decir y callé por tu mirada.
Y aunque sepa que te pierdo guardo tanto para tí...
No he dejado de sentirte,
te quedaste en mi alma.
Calaste tan hondo en mí y has dejado poco... solamente, lo que falta.
Será
Será que a veces el silencio deja al descubierto lo que no te digo.
Que miro tus ojos y puedo perderme sintiendo lo que creí haber perdido.
El destino ha encontrado el momento perfecto de verte conmigo; y aunque debo buscarme lo incierto no pierdo un segundo, te quiero conmigo.
Dejamos de lado el tiempo, lo que nos rodea, lo que me ha vencido.
Tomaste mi mano y dejaste que, depués de todo, sepa que te quiero y que aun no te he perdido.
Que miro tus ojos y puedo perderme sintiendo lo que creí haber perdido.
El destino ha encontrado el momento perfecto de verte conmigo; y aunque debo buscarme lo incierto no pierdo un segundo, te quiero conmigo.
Dejamos de lado el tiempo, lo que nos rodea, lo que me ha vencido.
Tomaste mi mano y dejaste que, depués de todo, sepa que te quiero y que aun no te he perdido.
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